LLEGAN LAS "FIESTAS DE INVIERNO"?!

Como cada año y sin retraso, llegan las Fiestas de Invierno, pero, ¿sabes una cosa? no me gusta este término.
Para mi es Navidad, la Navidad que viví de pequeño, que me enseñó mi familia y he intentado transmitir a los que nos seguiran.
Tenemos tradición, costumbres o como quieras llamarla, pero hay una historia detrás que nos ha moldeado y que nos da personalidad, que nos hace diferentes, como grupo y también como individuos.
No quiero herir sensibilidades ni ser grosero, pero es Navidad, creas o no en su parte religiosa, que tiene su liturgia, su espíritu, tanto el íntimo y personal como el colectivo; también tiene la parte lúdica, la comercial, la egoísta, añade aquí la parte que tu quieras, pero es mi/nuestra Navidad.
Quiero disfrutarla, quiero acabar de comer o cenar a las tantas; salir a dar una vuelta para que baje algo la comilona y ver la iluminación de las calles.
Quiero escuchar otra vez las historias de los mayores, esperar que los más pequeños nos canten o reciten sus villancicos y ver su ilusión con sus juguetes; espero no acabar contando batallitas durante los encuentros familiares.
Quiero dar regalos y recibirlos, tanto si me gustan como si no, pero que sean regalos de Navidad, si no ¿cómo los llamo? ¿regalos de invierno?
El invierno acaba de comenzar, el lunes pasado, y ya tengo que hacer regalos, por tanto, ¿tengo que hacer más regalos a finales de febrero? o ¿cambiamos la fecha de las Fiestas de Invierno?
Si hay señores que no quieren celebrar la Navidad por no herir sensibilidades ¿es que mi sensibilidad y la de muchos otros,  no se debe considerar en plano de igualdad?
Aunque sea una celebración que se ha "mercantilizado en los últimos años" no deja de ser una celebración, es decir lo celebramos y estamos pendientes de su llegada para disfrutarla de uno u otro modo, y si forma parte del gran negocio de tiendas, restaurantes, grandes superfícies y del taxista, también lo celebro. El dinero no da la felicidad pero ayuda, algunos en el paro consiguen recuperar la dignidad de saberse útiles aunque el que paga escatime; los negocios respiran con las ventas y los consumidores tenemos el espejismo de la bolsa llena.
Mejor o peor, el resultado se siente como positivo, y esto ya me vale.
Celebremos la Navidad, cantemos, bebamos, comprad o lo que queráis, pero celebrad la Navidad.
Desead lo mejor y, por un instante, creeros que quizás las cosas cambiarán como nos gustaría y que el próximo año será mejor.
Y una vez desahogado, sólo desearos con toda mi fuerza una FELIZ NAVIDAD y un MEJOR y PRÓSPERO AÑO NUEVO.